No es tan fácil reducir a unos pocos conceptos la esencia de nuestra identidad.

 ¿Sabes a qué nos referimos?

Ese ejercicio introspectivo, tan difícil como vital, que debemos hacer de vez en cuando.

Podríamos decir que somos gente normal, aunque nunca hacemos cosas normales.  

Nos puedes encontrar poniendo un tornillo o levantando un imperio.

Un pequeño equipo creativo formado por siete cabezas y 100 manos.

Una familia que crece cuando un cliente llama a la puerta y se convierte en un miembro más.

Eso nos encanta, que juntos construyamos y materialicemos nuevos proyectos.

Somos algo así como unos yonkis de los retos.

No nos gusta dejar las cosas a medias, los agujeros negros, ni tampoco el postureo, aunque no te podemos negar que alguna vez lo hayamos practicado. Lo que sí nos gusta es la constancia,

el ingenio y la gente que no para de volar o que sueña con poder hacerlo.

Somos de currar y currar mucho, de organizar una convención de ventas, de idear una campaña global, de hacer un simple powerpoint... No nos preguntes qué hacemos,

será más fácil decirte que es lo que no hacemos.

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A veces se nos ocurren proyectos nuevos y diferentes, singulares, de cosecha propia.

Nos despertamos un día con esa idea y confiamos en ella; nos atrevemos y nosotros mismos nos embarcamos en esa aventura. Nos convertimos en nuestros propios clientes, materializando y llevando a cabo nuestros propios proyectos.

Vamos, que nos gusta hacer las cosas bien, como un cocktail bien hecho un sábado por la noche con tus amigos. Nuestro combinado perfecto debe mezclar muy bien los ingredientes aunque a veces esté más cargado que otras ¡Ah!  y tener a mano un espidifen, nunca se sabe.
 

Esto es lo que somos, esta es nuestra declaración de intenciones. 

Créetelo, nosotros ya lo hacemos.